SIERRA BLANCA 30 KM y 2000 + (MARBELLA)
9 FEBRERO 2019
Dos semanas después del Trail Sierra
de Aguas (Álora), volvía a una
carrera a la que le tengo mucho respeto: Sierra Blanca 30 km y 2000 +. Ya la realicé en la su
segunda edición, allá por 2015, como entrenamiento previo a la Ultra Sierras
del Bandolero. Y si bien pude hacer una
buena ultra, lo cierto es que los días posteriores a aquella carrera donde
conocí Sierra Blanca, el pico Juanar, etc.; tengo que decir que me dejó bastante maltrecho y ya fuera por la propia carrera, ya por los estiramientos posteriores, lo cierto es sufrí en aquellos días una
lesión en el tendón del bíceps femoral que me ha dejado lastrado durante varios
años, corriendo siempre con molestias. Por suerte, con distintos tratamientos y muy poco a poco
voy saliendo de esa lesión que se me estaba haciendo crónica.

Quería volver a probarme en esa
carrera después de 4 años sin pisar Sierra Blanca, y comprobar si la carrera
era tan dura como el recuerdo que tenía de la misma o sólo era un visión
equivocada y sobrevalorada de Sierra Blanca y aprovechaba también, igual que en el 2015, a modo de entreno
fuerte para de nuevo, volver a las 100 Millas Sierras del Bandolero 2019. Y ni que decir tiene que la carrera es dura
y técnica como ella sola y que mi recuerdo era exacto (en nada sobrevalorada) y obviamente, volví a
terminar bastante magullado físicamente.
Llegué bien temprano a Marbella para
recoger el dorsal en el Parque Vigil de Quiñones. El problema es que es una zona céntrica y es
difícil encontrar aparcamiento. Recuerdo
la edición de 2015 en la que vinimos en coche de Isaac, con Patricia, Sherpa, otro chico con el que no volví a tener más contacto y
este que escribe. Echamos una buena
mañana los componentes del Trail Running Málaga en aquel sábado de febrero de 2015. Ahí dejó una de las fotos del grupo con la bandera de Trail Running Málaga.

En
esta ocasión voy sólo. Consigo aparcamiento y me dirijo a recoger el
dorsal. Muchos corredores bajan al final
de la avenida, a la calle Arturo Rubinstein en ese momento porque se va a dar
la salida para la maratón, puesto que las tres carreras salen escalonadas, la
primera, obviamente, la más larga, la maratón a las 8 de la mañana, la de 30 km a 9 y la de 13 km. a las 10. Como en las últimas carreras, utilizo mis
pastillas de glucosa de la marca isostar (que han sustituido a las pastilla de
sales) y corro con mis Hoka Mafate Speed 2.
Llego pronto al arco de salida y como
hace frío decido dar un pequeño paseo para encontrar una cafetería para
cobijarme. Veo una pero tiene pinta de
ser muy cara. No obstante, como es la
única que hay por la zona, decido entrar y tomarme una taza de café que,
obviamente, me cobran a precio de oro.
Ya en la línea de salida, a punto de
empezar la cuenta atrás, descubro que también participa el gran Bulla que, por
cierto, subió al podium como segundo de su categoría. Como animador, el gran Chito, un clásico en
muchas de las carreras y ultras por Andalucía.

Y
empieza la carrera por asfalto y en subida y sin forzar demasiado noto que
mantengo un buen ritmo y no me vengo abajo demasiado, como me ha pasado en otras
carrera en los momentos iniciales.
Enseguida, entramos en los senderos, algunos bastante sombríos y con
humedad, para seguir luego atravesando alguna urbanización más, hasta que
volvemos a entrar en otro sendero, bastante técnico, pasando por el primer
avituallamiento de sólo líquido, que circula paralelo al río y que es un
auténtico vergel y casi un parque natural en medio de Marbella. Ya me sorprendió en la primera edición y
ahora lo vuelve a hacer. Mantengo un
ritmo tranquilo, sin tratar de adelantar y controlando la respiración. Abandonamos el vergel y empezamos a subir por
la sierra. Tras pasar por una zona de
barbacoas cogemos un carril que enseguida nos conduce a un nuevo sendero que
bordea la abrupta sierra y que se encamina al siguiente avituallamiento, el
pueblo de Ojén, kilómetro 13. Todo este
tramo es bastante técnico, debiendo en algunos pasos utilizar las manos. También se corre en otras zonas pegado a una
valla y hay que extremar la seguridad.
Algún corredor extranjero pidiéndome paso y alguna chica que desciende
con mucha rapidez. Recuerdo que por esta
zona, en la edición de 2015, adelanté al gran SuperPaco y a su hijo que
participaban en la modalidad Maratón.

Justo antes de llegar a la zona de
carril, sobre el kilómetro 12 un corredor tropieza y cae de lado pero sin
consecuencias. Las subidas ascendiendo
no suelen tener importancia. Lo peor son
los traspiés sorpresivos bajando. Llego
a Ojén dando una entretenida vuelta por el pueblo, recorrido nuevo que no se
hizo en la edición de 2015. Tras
recargar fuerzas en el avituallamiento del km. 13, sobre todo mucha bebida
isotónica, comenzamos un fuerte ascenso de varios kilómetros por una zona
boscosa muy linda y con un sendero con bastantes restos de los pinos que
flanquean la sinuosa vereda. Algunos
corredores me adelantan pero la subida es larga y me encuentro bien, y poco a
poco, empiezo a progresar y adelantar a bastantes corredores, incluidos a los
que me habían sobrepasado al principio de la subida.
Completamos la primera parte de la subida con ánimos
renovados y entramos en la zona de carril donde no dejo de correr hasta llegar
al siguiente avituallamiento, en la falda del pico Juanar. Como algo y rápidamente asciendo la pedregosa
subida hacia la Cruz del Juanar. Voy más
rápido de lo que mis piernas me pueden llevar.
La respiración se me acelera.
Sufro un traspiés y me caigo, sin consecuencias. En la subida me adelanta uno de los mejores
corredores de trail de Andalucía, participando en la modalidad maratón, Victor
Pimentel, al que tengo el gusto de conocer pero va demasiado concentrado y no
me dice nada.
Llego al pico del Juanar y ahora empieza el duro y
largo descenso hasta meta. Es un descenso muy técnico que comparto, en algunos
tramos, con una chica a la que adelanto y que luego me vuelve a adelantar. Decir que en esta bajada me adelantó otro
campeón de ultras, entre ellas, las 100 Millas Sierras del Bandolero, Rafael Romero
de Yunquera.
Y seguimos avanzando, pasamos por otro
avituallamiento, donde cargo agua y con bastante calor, iniciamos una corta
pero dura subida y seguimos por senderos técnicos, sin margen de error, hasta
que llegamos a la zona de ramblas del río donde hay que sortear todo tipo de
piedras de distintos tamaños y donde correr es prácticamente imposible. Los cuádriceps se van cargando lentamente
pero no paro de correr. Algún tropiezo
sufro pero sin llegar a caer. Volvemos a
la zona del vergel. La meta está
cerca. Algunos de la maratón, los primeros
y con bastante nivel, me van pasando aunque no hay mucho espacio para adelantar. Sierra Blanca es casi todo sendero y muy
técnico y no da tregua. Recuerdo que en
la edición de 2015 el propio Zaid nos contaba al terminar, que la maratón de
Sierra Blanca estaba al mismo nivel, en cuanto a dureza y técnica, que otras
grandes maratones como, por ejemplo, la Zegama Aizkorri. Por cierto que en la edición de 2019 ganó
Zaid, quedando Victor Pimentel cuarto y Rafael Romero quinto.

Y al fin consigo entrar en las primeras
urbanizaciones y el sendero se vuelve más fácil y corrible hasta entrar en el
asfalto del último kilómetro y tras subir el último repecho, bajada hasta la
línea de meta en el Parque Vigil de Quiñones, donde el gran Chito me saluda y
me da la mano. Me pregunta: qué tal? Y
le digo qué muy dura y técnica. Qué ya
la conocía. Y luego, ¿qué cuál va a ser
la siguiente? La ultra de Bandoleros, le digo. Al
final, dejándome llevar, entré en meta con 4 horas y 55 minutos en el puesto 56
de 184 en categoría masculina. Por lo demás, la carrera muy bien en cuanto a
organización, avituallamientos, balizaje, medalla, etc. y un diez para los
voluntarios por su esfuerzo y sus ánimos. Seguro que volveremos y supongo que
algún año también tocará la maratón.
Después de llegar, medalla
al cuello, unos merecidos bombones, cortesía de la organización y la sonrisa de
los voluntarios, un buen plato de arroz y tras quedarme un rato más, camino al
coche y vuelta para Málaga, eso sí con los cuádriceps algo doloridos. Y a partir del 9 de febrero, en modo 100 Millas Sierras del
Bandoleros 2019.