Crónica de
la carrera por montaña Sierra Elvira 12 de abril de 2014.
(29,4 km y casi 2000 metros de desnivel
positivo).
El sábado se celebraba la
tercera prueba del campeonato de Andalucía de carreras por montaña. La de
Sierra Elvira.
Algo había escuchado de que era bastante dura. De hecho, sus 29,4 km y casi 2000 metros de desnivel
positivo ya la hacen bastante dura.
Estaba inscrito desde hacía varios meses y cuando llega el momento, uno no sabe
como se va a encontrar.
Coincidía con
La semana pasada había hecho las Millas Romanas y al día siguiente de
terminarla pensaba que para la de Sierra Elvira no iba a estar en condiciones y
que lo más razonable es que no participara. Sin embargo, fue pasando la semana
y cada día me encontré mejor. El jueves, dos días antes de la carrera, hice una
tirada de 10 km .
a ritmo lento y, salvo ligeras molestias en la rodilla derecha, me sentía
medianamente bien. Decidí probar suerte y correrla pero en plan tranquilo,
saliendo desde atrás y según me fuese encontrando apretaría o no.
Me presenté con tiempo en la ermita de Atarfe. El sitio engaña bastante, al
lado de la autovía y de varias canteras. Parece un sitio poco dado para
organizar una carrera por montaña pero nada más lejos de la realidad. Al subir
a la ermita tienes unas vistas magníficas de Granada y Sierra Nevada y se
atisban senderos y carriles entre pinares. Un lugar que merece la pena visitar.
Por lo visto, según un lugareño, la zona de la ermita se llama los tres juanes
y lo que es Sierra Elvira, con sus morrones, se encuentra detrás.
Como siempre, recogida de dorsal y preparativos varios. Encuentro con dos
máquinas del trail, Laura y Angel y dispuesto a disfrutar de la carrera.
En la salida también coincido con Libélula, encantadora, a la que ya conocí en la Pinsapo Trail.
Los primeros kilómetros son una especie de tobogán alrededor de la ermita por
un carril estrecho pero bien definido, también alguna subida por escaleras,
alguna bajada peligrosa pero todo bien controlado. Voy a ritmo tranquilo y
adelantando de vez en cuando.
Sobre el kilómetro 7 u 8 dejamos la zona de la ermita y salimos por carril en
busca de las tachuelas.
A partir del kilómetro 10 siento ligeras molestias en la rodilla. Es zona
corrible pero trato de regular el ritmo. Empieza una zona de subida por una
zona de matorral donde se disponen de estupendas vistas pero sin árboles y así
será el resto de la carrera salvo los últimos kilómetros donde volveremos al
bosque de pinares.
Sobre el kilómetro 15 empieza lo bueno. Primera subida importante, "la
cuesta de la maldición" con un desnivel brutal. La subo a buen ritmo.
Luego un descenso peligroso con mucha piedra suelta hasta que llegamos a un
sendero donde podemos llanear durante un rato. La molestia de la rodilla me ha
desaparecido y disfruto corriendo a buen ritmo.
Nuevo avituallamiento y segunda subida. Esta segunda todavía es más fuerte, con
un desnivel que no te deja descansar. Los últimos metros de subida se realizan
entre grandes piedras. El sol aprieta y las piernas empiezan a tomar conciencia
del esfuerzo. LLegamos al vértice y de nuevo, otra bajada peligrosa y un
descenso zigzagueante por un sendero que a veces se pierde entre tanto arbusto
y matorral. Me encuentro con numerosos carteles de bajadas peligrosas. Mucha
tierra suelta donde había que retener o bajar de lado y que parece no terminar
nunca. Este descenso se me hace bastante duro. En uno de ellos, sin previo
aviso, se me agarrota un gemelo. Bastante dolor aunque pasa rápido. Terminamos
la bajada algo tocado. Uno de los chicos de protección civil me echa, creo que
era reflex, y luego, en el avituallamiento, varios viales de glucosa, mucha
agua e isotónica, ayudan a minimizar las molestias.
Para rematar la carrera, al final venía lo peor, un cortafuegos con una
pendiente brutal, creo que se llamaba la cuesta de manu el cojo o cuesta de los
esclavos. Parecemos zombies subiendo a cámara lenta por un sitio duro de
verdad. Al final, con mucha paciencia y sufrimiento, coronamos el último
morrón. Nueva bajada peligrosa y ya sí, los últimos kilómetros se hacen ya muy
llevaderos, por un bonito camino entre pinos donde avanzo sin parar de correr.
En la línea de meta, muy buen ambiente. Ducha fría, un bonito chaleco, paella y
cerveza. Encuentros de nuevo con Libelula, Angel y Laura y con Pedro de
Triaworld, todo un campeón. Cada uno cuenta como le ha ido. Todos coincidimos
en que es bastante dura.
En fin, bien por la organización y mejor aún por los ánimos recibidos a lo
largo de la carrera. Al final 4 horas y 29 minutos. Cansado pero satisfecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario