sábado, 31 de marzo de 2012

XXII Media Maratón Málaga 18 de marzo de 2012


Escribo la crónica de mi primera media maratón casi dos años después de correrla.  La tengo grabada en la memoria como si la hubiese corrido hace dos o tres días.  Me resultó bastante dura y aunque llegué con fuerzas a meta, realmente me costó terminarla.  


La decisión de correr esta primera Media Maratón fue un cúmulo de circunstancias.  A finales de los 90 corrí varios años la Carrera de "El Corte Inglés", la de la Peña el Bastón y algún cross por Teatinos pero jamás me planteé correr la Media Maratón de Málaga que, por aquella época, salía del estadio de Carranque. La veía excesivamente dura, como una paliza sin mucho sentido o para corredores muy preparados.



Después de aquellos años de running con mi amigo Julio, sobre todo con él, por el paseo marítimo, y por la zona del polígono Santa Barbara, y en menor medida con otros amigos como Juanje, Antonio, Iván y Juanjo y no recuerdo si alguna vez se presentó también Manolo.



Después de unos cuantos años de tener abandonado el deporte, volví con fuerza, con el nacimiento de mi hija, pero .... para jugar al tenis.  Mi peso oscilaba entre los 93 y los 95 kilógramos y de ahí, no bajaba.  



En las Navidades de 2011/12, mi amigo Julio me propuso participar en la media maratón de aquel año.  El había corrido la del año anterior y la había terminado y también se proponía participar en la de 2012.  Siempre he dicho que correr una media maratón tiene su mérito.  Hay que estar habituado a correr y en buena forma.  Son muchos kilómetros.  No sé porque pero le dije que sí.  De hecho, nos inscribimos en mi casa unos meses antes. 



Supongo que el fallecimiento de Maty me afectó bastante.  No sabemos cuánto tiempo nos queda y como no lo sabemos, lo que no debemos hacer es desperdiciarlo.  Hay que estar activos y siempre tener la mente despierta y saborear cada minuto de esta vida.  Al final, la vida, nuestras vidas, la de todos son momentos que van pasando, oportunidades que hay que agarrar o de lo contrario se esfuman porque el tiempo no perdona y la vida y los años pasan más rápidos de lo que pensamos.   

Pienso que hay que tener objetivos y sueños que intentar cumplir y que cuando, uno sea muy viejo y vuelva la vista atrás, se sienta orgulloso de lo que ha hecho y pueda dibujar una sonrisa de satisfacción.


Mi entrenamiento aquellos meses de invierno lo compaginé con el tenis, mi verdadero deporte por aquel entonces.  Aquella carrera y la escasa preparación que le dediqué la utilicé la enfoqué como una forma de mejorar físicamente, pero nada más: mi prioridad era el tenis.  



Llevaba desde el 2006 jugando al tenis. Cada vez jugaba mejor pero muchos partidos, sentía que los perdía por falta de físico.  Alguna vez, durante esos años salí a correr unos kilómetros, 5 o 6, pero no era constante. Cuando Julio me propuso correr la media maratón pensé que esos entrenamiento no me vendrían mal. 



En esos meses sufrí varias infecciones y dolencias, con días de fuertes fiebres que me hicieron perder unos cuantos kilogramos y pensé: no hay mal que por bien no venga.  Aprovecho esas pérdidas para no volver a recuperarlas.  Empecé a tener más cuidado a la hora de comer.  Y sin darme cuenta pero con una mentalidad decidida afronté la carrera por debajo de los 90 kilos.  Si hay algo fundamental para perder kilos es mentalidad de esforzarse, de sacrificio y, por supuesto, mucha, mucha fuerza de voluntad.  Con mucho tesón, deporte y pasando un poco de hambre comencé el descenso.



Claro, empezaba a darme cuenta, que ese peso para jugar al tenis me servía o no me dificultaba demasiado, pero para correr ... era otra historia.  !Y yo que creía que estaba en forma. 



Las zapatillas que utilicé fueron unas Nike compradas en el Factory Nike de Plaza Mayor e idénticas a las que utilizó mi amigo Julio.  Con ellas sólo corrí dos medias maratones, esta primera, la de Málaga y un mes después en el Ejido.  No eran zapatillas para correr esas distancias pero eran los inicios y uno no tenía muchos conocimientos en esto del running, ni se planteaba, si quiera, si volvería a correr otra media maraton.



Recuerdo que nos hizo un día espléndido.  Me coloqué con tiempo en la línea de salida para no salir demasiado rezagado, pues sabía que me iban a pasar bastantes como así fue.  Justo a mi lado, dos chicas con uniforme de blanco se colocaron junto a mi en la salida.  A la altura del ayuntamiento, sobre el kilómetro 12 o 13 conseguí adelantarlas y llegando a meta volvieron a pasarme.  No es muy habitual que esto ocurra.  Es un recuerdo anecdótico de aquella carrera.



Sobre el kilómetro 7, por el Paseo de los Curas, me adelantaron mi amigo Julio y otro chaval.  Durante unos metros me esperaron pero iba a un ritmo inferior al suyo y les pedí que se marcharan.  Prefería seguir el ritmo que, en cada momento, me permitiera el cuerpo.



Bastante público por el centro y algo menos por la zona del Paseo Marítimo de calle Pacífico.  Recuerdo que había una banda de música. 



La vuelta se me hizo eterna.  Los kilómetros no pasaban.  Mi ritmo era pésimo.  No tenía fuerzas en las piernas.   Hacía calor y todo me molestaba.  Casi todos me adelantaban.  Traté de buscar alguno que fuera a mi paso y pegarme a él.



El estadio de atletismo lo tenía cerca.  Ya se escuchaba el rumor de la meta.  Allí me esperaban mi mujer y mi hija.  ¡Qué alegría!



Conseguí llegar a meta, como demuestra la foto, en dos horas y nueve minutos.

Prueba superada.  Como siempre digo:cansado pero feliz.  Lo había dado todo.
La pregunta que rondaba en mi cabeza era: ¿Y ahora qué?.


Por, de pronto, después de llegar a meta y despedirnos de Lourdes, Julio y su amigo, mi único deseo era comerme un buen plato de pasta y meterme en la cama y descansar.



La carrera la ganó un marroquí, ABDELHADI, AL MOUAZIZ con una hora y cinco minutos y segundo quedó Roberto Carretero con una hora y seis minutos.  Llegaron a meta 2988 corredores.  Mi puesto fue el 2657,el 568 de mi categoría con un tiempo exacto, según organización, de: 02 : 08 : 55.




Esta es la entrada de las dos chicas de las que hago referencia en la crónica y que estaban conmigo en la salida.  Al fondo, de verde, va el que les escribe.