2017 - III TRAIL SIERRA NORTE (51 KM. y 1100+) 25 noviembre 2017

III TRAIL SIERRA NORTE DE SEVILLA (51 KM. Y 1100 +)
25 NOVIEMBRE 2017

            Y tras tres semanas de descanso activo, después de la Doñana Trail Maratón, me había animado a inscribirme a otra carrera-trail más o menos sencilla, es decir, poco desnivel y mucho correr y nada técnica.   Ya conocía la zona por la Ultra Sierra Norte de 2014, cuando realicé la ultra de algo más de 100 km., carrera parecida a los 101 de la Legión, por lo menos en aquella edición, salvo por los subidas y bajadas de varios cortafuegos antes del descenso por carril hacia Almadén de la Plata pero sobre todo, por los últimos 15 kilómetros en los que se atravesaba una gran finca con mucho barro y frío.  Recuerdo que aquel tramo, a altas horas de la madrugada y con temperaturas muy bajas, se me hizo larguísimo pero, al final, completé la carrera en unas 17 horas aproximadamente, tras muchos problemas, sobre todo, de estómago, a partir del kilómetro 50. 



            En esta ocasión, el tiempo iba a ser más benigno y no daban lluvia ni antes ni durante la carrera.  Como en la Turdetania, tocaba de nuevo viaje de madrugada hasta el pueblo de Castilblanco de los Arroyos, en la provincia de Sevilla.  Lo bueno es que la carrera comenzaba a las 11 de la mañana y no había que darse un gran “madrugón”.




            Durante las tres semanas previas, ya recuperado de la dolencia en el tibial de la pierna izquierda, pude entrenar más y mejor, con mis nuevas compañeras de asfalto, las Hoka Bondi 4.   No obstante, para confirmar la regla, algún dolor nuevo siempre tiende a surgir y en esta ocasión, resultó ser el del piramidal, molestia que me suele aparecer cuando fuerzo en algún entreno más de lo que debo.   Se trata de un dolor que suele ser pasajero y que tengo más o menos controlado y que suele hacer acto de presencia cuando corro a más velocidad de la que acostumbro, por lo que dicho dolor, en una ultra, está bastante bien controlado puesto que siempre se avanza a un ritmo mucho más lento.   También aproveché esas semanas para las visitas oportunas al cardiólogo y realizar una nueva prueba de esfuerzo.  Por ahora, todo bien, por lo que seguimos aprovechando el tiempo y las circunstancias para disfrutar de este duro deporte de resistencia.

            Sobre las 9,30 de la mañana del día 25 de noviembre llegué a Castilblanco de los Arroyos.  Tras recogida de dorsal me tomé un café no tanto por la necesidad de algo caliente, sino para entrar un poco en calor en alguna cafetería del pueblo, pues hacía bastante frío o al menos, mi cuerpo así me lo transmitía.




            Una vez pertrechado con el portadorsal, mochila, bidones flexibles llenos, barritas y algún gel, me acerqué al lugar de salida.  Pasé el control de dorsal y a esperar unos minutos hasta el inicio de la carrera.  Con el pistoletazo de salida tuve un pequeño contratiempo y es que andaba liado a la vez con la cámara deportiva y el gps.  Ni lo uno ni lo otro, es decir, ni pude grabar la salida ni el gps tenía puesta la función de grabar el track.  Pero como lo importante era ponerse a correr, pues a apretar los dientes y a dar ritmo a las piernas.  Y eso hice.  A los pocos metros puse el Garmin Foretrex 401 en modo grabación y segundos después me dediqué a la cámara deportiva.

            En cuanto  la carrera en sí, no hay nada digno que destacar y no me voy a extender más de lo necesario.  Me arriesgué a correr con zapatillas de asfalto, las hoka Bondi 4.

            Salí de menos a más, manteniendo un ritmo fácil y constante, incluso en algunas subidas.  En el primer tramo de carrera me acompañó una pequeña molestia en la ingle y al final, los dichosos isquiotibiales de la pierna izquierda me dieron más guerra de lo previsto.
            Los dos primeros avituallamientos, el del camino del Pimpollar (km. 8) y el de Fauna Salvaje (km 14) son por carril con alguna que otra subida.  A partir del kilómetro 14 viene la zona más técnica, varios kilómetros por cortafuegos en pleno paraje de la Sierra Norte de Sevilla y de nuevo, vuelta al carril con un tramo de bajada y otro de ascenso hasta llegar al siguiente avituallamiento, Risco Blanquillo en el kilómetro 23,7.   Tras llenar bidones y un poco de chocolate y refresco de cola, bonita bajada y nueva zona técnica por cortafuego.  Sigo adelantando a más corredores y cada vez me voy encontrando mejor.  Algún corredor me saluda y me dice que le suena mi cara por haber coincidido en alguna otra ultra. 




            Los kilómetros van cayendo y en otra de las subidas entablo cierta conversación con un corredor que va a mi ritmo.  Lleva una rodillera y me comenta que iba a hacer la ultra pero que como la tiene algo fastidiada, ha decidido cambiar e intentarlo con el trail y qué espera que no se le inflame.   Le deseo suerte y sigo avanzando en una suave subida por carril hasta el kilómetro 33, donde se ubica un nuevo avituallamiento, Las Tinajas.  Tras comer un poco de chocolate y la última de mis barritas con magnesio de la marca Ettix, vuelta a correr por la famosa dehesa paralela a la carretera que une Almadén de la Plata con Castilblanco de los Arroyos.  Son bastantes kilómetros por diversas zonas de todo tipo, desde algunos tramos de carril hasta zonas sin sendero o apenas existente donde no sabes por donde correr.  Hay que atravesar varios arroyos pero con la misma tónica, siempre un terreno desagradable para correr. Sufrí algo más de la cuenta y más aún al llevar unas zapatillas de asfalto. Aun así, atravesé dos nuevos avituallamientos, el de Yerbabuena, kilómetro 38,7 y el mismo del inicio, el del camino del Pimpollar, pero ya en el kilómetro 44.  Los últimos kilómetros seguí la referencia de un corredor al que no pude cazar. Es el mismo camino que la ida, por zona fácil de carril y en poco tiempo ya diviso el pueblo de Castilblanco. 




            Al final, entré en meta en 6 horas y 14 minutos en el puesto 29 de la general de la carrera y 12 de mi categoría, de 108 que finalizaron la prueba. 

            Con la medalla al cuello y el chaleco de finisher, nos sirvieron una buena comida de final de carrera, compuesta por arroz tres delicias, filete y patatas a lo pobre, bebida y un yogur.  No está nada mal por lo que uno paga por la inscripción, amen de los muchos voluntarios repartidos por la carrera y con una esmerada balización. 

            En fin, otra carrera más en mis piernas y deseando llegar a la última para tomarme un merecido descanso de casi dos meses pero antes, dentro de dos semanas, volveremos a disfrutar de nuevos paisajes y acantilados en la Ultramaratón Costa de Almería, en lo que va a ser mi tercera participación, igual que ediciones lleva la carrera.  ¿A ver qué tal?




No hay comentarios:

Publicar un comentario