2015 - TENERIFE BLUE TRAIL 2015 (97 KM. y 6411 +) (28 de Noviembre de 2015)

TENERIFE BLUE TRAIL 97 KM. y 6411 + 

(28 de Noviembre de 2015)


    A finales de octubre me fui de la isla de Tenerife con cara de circunstancias ya que una hora y media antes de coger los autobuses para que nos trasladaran a Los Cristianos (sur) desde Puerto de la Cruz (meta), cuando ya prácticamente estábamos preparados y con toda la logística de carrera, nos avisaron a través de las redes sociales y por teléfono de que la carrera se suspendía por estar en alerta naranja y porque había posibilidad de fuertes lluvias y no se podía garantizar la seguridad de todos los corredores. La verdad que fue un palo para todos. Recuerdo la cara de dos suizos que se presentaron junto a los lagos Martiánez para coger el autobús (no se habían enterado) y la cara de incredulidad y desconsuelo cuando vieron que no se trataba de una broma, que era verdad.

    Me marché de Tenerife con pena por no habernos dejado a la organización la posibilidad de intentarlo aunque luego se tuviera que neutralizar pero, al menos intentarlo; también por no subir al Teide (la rambleta) y porque son carreras que no sabes cuando vas a volver a intentarlo.

  
      No obstante, la organización propuso una nueva fecha para la Tenerife Bluetrail, el 28 de noviembre, y durante las semanas siguientes ni me planteé volver pero lo que son las cosas. Entre que no devolvían la inscripción y que encontré vuelos muy baratos y que un un tipo estupendo y gran persona, compañero de Trail Running Málaga se animaba a ir a Tenerife, al final no me lo pensé y me lancé. La cuestión es que la semana previa tenía Jarapalos y el 6 de diciembre la Ultra Maratón Costa de Almería (90 km) y en medio me “autocolocaba” la ultra de la Tenerife Blue Trail con sus 97 km. y 6400 +. Pues nada, vamos a intentarlo. A dosificar esfuerzos y como una especie de reto.

   Apenas dormí la noche del jueves al viernes. Mañana de avión, llegada al aeropuerto de Tenerife Sur, recogida de dorsal en Santa Cruz y llegada al hotel. Tras dar un paseo por Puerto de la Cruz, un rato de descanso, cortesía de Antonio Pozo, empiezo a prepararlo todo para la carrera. A las 21,30 nos esperaban los autobuses para llevarnos a la salida en la playa de Los Cristianos que un poco más y no lo cojo. Tras hora y media de autobús que da tiempo hasta para una cabezada y para pensar en muchas cosas, llegamos a Los Cristianos. Al llegar, tengo el cuerpo algo cortado y si soy sincero, con pocas ganas de hacer una ultra pero bueno... 

    Hace fresco y la temperatura, a partir de Vilaflor, se prevé por debajo de cero grados y en Los Roques de García, unos cuantos grados por debajo. El speaker nos lo recuerda varias veces. Hay que llevar ropa de abrigo si o si. Dejo una mochila con más ropa de abrigo para mitad de carrera en el Parador, km 45. Tras pasar el control de material nos sitúan en la arena de la playa. La mayoría son canarios, algún asturiano, dos alemanes, uno de Pontevedra y un malagueño, je,je. De los 600 previstos, creo que saldríamos no mucho más de 200 corredores. Salimos y tras cruzar Los Cristianos, los primeros kilómetros son en constante subida sin parar de correr, primero por carretera y luego por un paseo circundado de palmeras hasta que salimos a un sendero roto con muchas piedras y cada uno empieza a coger posiciones según su nivel y estado físico. Hay varias subidas y algún llaneo por el interior de un arroyo seco con mucha piedra hasta que llegamos a un sendero más limpio que nos encamina al asfalto y al primer avituallamiento, Arona, sobre el kilómetro 10. 

     La ultra tiene unos tiempos de paso bastante ajustados y a la menor confianza o descuido te puedes quedar fuera. Por ejemplo, en Arona el control estaba en 2,10 y creo que pasé en 1,40. Poco a poco me voy encontrando mejor, sobre todo, en el tema de la respiración, aunque siento molestias en el isquiotibial izquierdo. Adelanto a varios corredores y sigo camino dirección a Ifonche (km. 17). Esta ultra, que atraviesa la isla de Tenerife de sur a norte, sigue el sendero de gran recorrido GR 131 Anaga Chasna. Hago varias paradas, algunas fisiológicas y varias a causa de la zapatilla del pie derecho. Parece que los cordones ceden con demasiada facilidad y siento que en cualquier momento se me va a salir.


     La noche está despejada y seguimos ascendiendo, primero por asfalto y luego por sendero con bastante piedra y arena. Cada vez hace más frío. En Ifonche, más bebida isotónica, plátanos y algún dátil. Los militares nos rellenan los bidones o los soft flask, según cada cual. Hay muchos corredores abrigándose porque el frío se palpa. Al salir del avituallamiento me pongo el impermeable y los guantes y seguimos haciendo camino, siempre avanzando, sin parar ni mirar atrás. Nos adentramos en zona de pinar por un sendero pedregoso en continua subida y algún que otro sube y baja. Las luces rojas parpadean a lo lejos mientras exhalamos vaho. Me acomodo en un grupo de tres o cuatro manteniendo un buen ritmo de ascensión, en silencio, con el único acompañamiento de las pisadas y la respiración. 



       Los kilómetros van pasando lentamente, igual que el tiempo. Sobre las cuatro horas y 50 minutos consigo llegar a Vilaflor (km. 28). Este avituallamiento es más completo. Me tomo un caldo caliente. Está lleno de corredores, algunos con la manta térmica, otros con cara de no seguir, otros cambiándose de ropa. En mi caso, voy "bien" y prefiero no parar. Tras una bajada por asfalto giramos a la izquierda buscando un sendero amplio con bastante piedra y con carteles indicando que se trata de un circuito de atletismo de montaña. Empiezo a tener frío en las manos. Las aprieto con fuerza sobre los bastones y aumento el ritmo de subida y trato de buscar más tramos corriendo para poder entrar más en calor. En poco tiempo llegamos a otro avituallamiento, Madre del agua, (km 33) de militares donde solo hay agua y creo que algo de fruta y donde el silencio de la noche es roto por el ruido del generador. A partir de ese momento, avanzo solo por el parque natural llamado Corona Forestal. De vez en cuando vislumbro alguna luz roja por delante y por detrás las voces de los perseguidores. En algún cruce te encuentras con algún voluntario o miembro de Protección Civil, aguantando estoicamente el frío. En otras ocasiones, están metidos dentro del vehículo. El frío en las manos no remite pero parece que aguanto. Poco a poco va amaneciendo y vamos dejando atrás el bosque, el parque natural, para comenzar a subir por una loma árida, casi un paisaje lunar, mientras te das cuenta que la altitud ya es considerable, por encima de los 2000 metros, y que estás por encima de las nubes. Apago el frontal, me tomo un gel de cafeína y siento que me encuentro más animado y con más fuerza. En una larga subida en línea recta por una zona arenosa adelanto a un grupo de corredores y me voy acercando a los siguientes. Conmigo se incorpora una mujer rubia, Eugenia, que me sigue los pasos a unos 25 o 30 metros. Los pinos van dejando paso a retamas y rosalillos. 


     Entramos en el Parque nacional del Teide y conseguimos ascender a unos 2400 metros de altitud en el collado o degollada de Guajara. Me encuentro mucho mejor. Desciendo por un sendero algo técnico mientras contemplo ensimismado el amanecer y el Teide. La verdad que impresiona. Tras 4 kilómetros de carril llegamos al avituallamiento del Parador Nacional (km 45), junto a los Roques de García. Cojo un par de guantes, alguna barrita y me como un plato de macarrones y algunos pasteles de gofio y una especie de carne de membrillo pero más oscura y sabrosa. En los últimos kilómetros he seguido adelantando corredores y la molestia del isquiotibial ha desaparecido o se ha difuminado. Ahora viene la parte más dura aunque algunos ya me advierten que la subida al Asomadero también tiene lo suyo. 




     La subida al Teide se realiza por la parte izquierda, por la zona del pico viejo. El cielo está despejado y el calor de la mañana ayuda a sentirse más reconfortado. La ascensión se realiza sobre el sendero 23 (los regatones negros), muy técnico, con mucha piedra volcánica y donde el avance resulta penoso. Empiezo bien pero a medida que voy subiendo empiezo a sentirme sin fuerzas. Trato de tomar aire y comer alguna barrita. Bebo agua. Me animo a continuar mientras la respiración y las pulsaciones se aceleran. Me pasan varios corredores y adelanto a algunos que están peor que yo. La subida es muy dura y no suaviza en ningún momento y parece alejarse del pico en un continuo bordear el volcán. Dejamos el sendero 23 para coger el sendero 9. Tras pasar cerca del borde del cráter de Pico Viejo, continuo un duro y técnico ascenso sobre piedras volcánicas donde más que subir, se escala, donde sobran los bastones, donde la altitud y el frío empiezan a hacer mella. Cada uno avanza a su ritmo, como buenamente puede. Algunas zonas son más peligrosas que otras. No hay sendero ni nada que se le parezca. La respiración vuelve a acelerarse y debo parar unos segundos de vez en cuando para tomar aire.

    Al final, tras casi 4 horas de ascenso llegamos al punto más alto de la carrera, a 3555 metros, La rambleta, (km 55) donde sube el teleférico del Teide. Ya son las 12 de la mañana. Llevo 12 horas en carrera. Apenas quedan 200 metros de desnivel para subir al borde del cráter. Arriba hay mucho turista que se entremezcla con los corredores. Siento un leve mareo pero parece que es pasajero. Llego al avituallamiento y la situación es de caos. Muchos corredores, alguno que otro tumbado, otros con mantas térmicas o pegados a alguna calefacción. Varios miembros de la cruz roja atendiendo a corredores mientras los militares se afanan en ayudar, en llenarte los bidones o en seguir haciendo bocadillos. No me siento, bebo refresco de cola, algo de café, más pasteles de gofio y salgo pitando. 


Ahora vienen 5 kilómetros técnicos de descenso en un continuo zigzag por una de las caras del Teide. Intento bajar asegurando, siendo un poco conservador pero corriendo apenas puedo o el sendero me deja. Me encuentro cada vez más animado. Hace más calor y acabo de superar casi todo el desnivel de la ultra. No me pasa ningun corredor en los 5 kms de descenso del volcán. Llego a una zona de carril, pista de Montaña Blanca, y empieza un suave descenso muy corrible por un páramo arido y sin vegetación. Me dejo llevar. Adelanto a más corredores. Aprovecho una parada para orinar para quitarme el impermeable y los guantes y guardarlo en la mochila.En un determinado punto de este descenso conecta la Ultra con la Trail de 66 km.y hasta meta no volveré a ver ningún corredor de la Ultra y si adelantaré y me adelantarán corredores de la Trail de 66 km que salió de Vilaflor a las 8 de la mañana y en que la participa Antonio Pozo. A ver si consigo encontrarme con él.

     Tras un repecho entramos en otro carril, ya rodeado de pinos. Volvemos a la Corona Forestal. No paro de correr y los kilómetros pasan rápidos mientras una niebla empieza a cernirse sobre el pinar y al poco tiempo una suave llovizna nos refresca el ambiente. Sigo corriendo por un carril de tierra, rodeado de pinos, hasta llegar al siguiente avitualllamiento:Piedra Los pastores (km 72), donde los militares nos esperan con más isotónica, plátanos, dátiles, naranjas y papayas. Luego dejamos el carril para correr por un precioso sendero entre abrupta vegetación tropical, sendero llamado la Zarza que desciende hasta la ladera de Tigaiga. Son unos 7 km. por un sendero bastante corrible, a veces con algo de barro, a veces con escalones de piedra o de madera y a veces bastante sombrío y eso sí, cubierto de mucha vegetación. Empiezo a encontrarme cansado y aun descendiendo paro unos minutos de vez en cuando. Me pasan corredores de la Trail, mucho más animados que yo. Vuelvo a correr. Me duele la rodilla derecha y siento que los cuadriceps se me sobrecargan más de la cuenta. Me siento bastante cansado. Tal vez llevo demasiadas horas sin dormir. De hecho, creo sufrir una alucinación. 

   Acabo llegando al avituallamiento del Asomadero (Km 79) donde relleno los bidones con isotónica, como alguna barrita y empiezo una fuerte subida por el paraje conocido como el Asomadero. Algunos corredores que van a mi lado lo llaman el "mataero del asomaero". Es la última subida fuerte pero es como subir por unas escaleras muy empinadas, sin ningún descanso durante algo más de 2 kilómetros en los que se salvan más de 600 m. de desnivel. De nuevo la respiración se entrecorta. Tengo que realizar varias paradas pero poco a poco, con mucho sufrimiento lo consigo. Está siendo una Ultra más dura y técnica de lo que pensaba. Volvemos a correr con un grupo de corredores teniendo cuidado de no resbalarnos con el barro. Sobre el kilómetros 84 llegamos al penúltimo avituallamiento, Mirador de la Corona, donde ya se distingue Puerto de la Cruz y la línea de meta. Seguimos bajando por zona de piedras y adoquines hasta que llegamos a la carretera, pero en vez de girar hacia Puerto de la Cruz, avanzamos hasta Tigaiga. 

Estos últimos trece kilómetros se me hicieron eternos, deseando terminar. Son continuos sube y baja, ya por caminos de tierra, asfalto o por zona de adoquinado. Tenía ilusión de entrar de día pero al final llegó la noche y no tuve más remedio que volver a colocarme el frontal. Último avituallamiento, Hotel Maritim, y a correr los últimos 4 km. por el casco urbano de Puerto de la Cruz. Al final entré en meta, con mi bandera de TRAIL RUNNING MALAGA, tras 19 horas y 20 minutos de sufrimiento, en el puesto 60 de la clasificación general. No llegue a ver a Antonio Pozo y el si que me vio a mi en la llegada a los lagos Martiánez. Se tuvo que retirar en el kilómetro 40 por que no le bajaban las pulsaciones y sentía que no se encontraba bien.


Bueno, y eso es todo. Ultra muy dura y bien organizada, con mucha altitud y unos paisajes espectaculares, con un amanecer por encima de las nubes que no había visto nunca, al menos haciendo una Ultra. Satisfecho y muy agradecido a Antonio Pozo, por su compañerismo y amabilidad. Una gran persona. Creo que ha sido un fin de semana bastante intenso y la semana que viene a intentar rematar la faena con más compañeros del TRAIL RUNNING MALAGA, en la Ultra Maratón Costa de Almería (90 km y 1600+).



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