VIII Xtreme Maratón Lagos de
Covadonga 20 septiembre de 2014
Crónica
Sirva esta pequeña crónica
para animar a otros trail runners a participar en esta bonita y dura carrera.
El precio de la inscripción es de 35 € (36 € me costó la corta de Sierra Nevada
y las críticas a la organización han sido múltiples) y ofrecen camiseta
técnica, 9 avituallamientos, servicio de fisio, crioterapia en meta y una
pléyade de voluntarios por todo el recorrido digna de admiración, algunos de
los cuales se dedicaron a hacer fotos que luego suben a su Facebook, ¡vaya!, lo
que viene siendo pensar en los corredores. Creo que una de las carreras donde
mejor organización he encontrado.
En cuanto a la carrera en sí, decir que partimos de El repelao, una zona
próxima al santuario de la
Virgen de Covadonga 410 corredores y creo que llegamos a meta
unos 284. La carrera es bastante dura y técnica y con mucho desnivel para sus 42 km aunque casi todos los
senderos son corribles, siempre mirando donde se pisa (nada que ver con la
travesía extrema de la Vuelta
al Aneto).
Eso sí los paisajes son espectaculares. Salvando un tramo de pista de 3 o 4 km . sobre el km. 32, casi
toda la carrera es por senderos, en ocasiones con mucha piedra y en otras por
zonas de pradera donde correr es una gozada.
En mi caso, como en las últimas carreras, salí bastante fuerte pero
controlando, siempre guardando fuerzas por lo que pueda pasar. En la primera
subida fuerte, adelanté a bastantes corredores y hasta el kilómetro 35 o 36
mantuve posiciones entre el 70 y 80 de la carrera. Algunos me adelantaban en
las bajadas y los volvía a pasar en las subidas.
Tuvimos la suerte de disfrutar de un buen día, incluso con demasiado calor a
partir de media mañana. Atravesamos un túnel abierto en la roca de unos 15 o 20 metros , accedimos a
unas minas donde todavía mantienen las vías por las que rodaban las vagonetas,
etc. circunvalamos los lagos Enol y Ercina, llegamos al punto más alto de la
carrera, la porra de Enol y desembocamos, allá por el kilómetro 25 sobre la
misma peña de la Virgen
de Covadonga. En ese momento llevaba unas 3 horas y media y había superado lo
que pensaba era la parte más dura de la prueba. Estaba equivocado. La segunda
parte también es muy dura y técnica y con sensación de sube y baja continuo que
acaba destrozando piernas y mente.
Decir que los dos últimos kilómetros antes de Covadonga son los más técnicos y
peligrosos pero con cuidado se atraviesan sin muchos problemas.
Después de Covadonga viene una subida por carril bastante dura y los kilómetros
empiezan a pesar en las piernas. Otra vez la subida, con algunos toboganes, se
vuelve bastante técnica y salvo los dos kilómetros de carril ya mencionados,
apenas si tienes posibilidad de correr a un ritmo fuerte.
En mi caso, los últimos kilómetros se me hicieron bastante duros, ya fuera por
el calor, por los continuos repechos, lo cierto es que debí comer más en los
últimos avituallamientos porque sufrí una ligera bajada de azúcar que me quedó
sin fuerzas, a partir del kilómetro 37, y en pocos minutos me adelantaron unos
15 corredores. En la última bajada me recuperé pero ya era demasiado tarde para
volver a adelantarlos. Aún así, muy contento por la carrera, por el esfuerzo
realizado, porque el cuerpo responde bien al maltrato al que lo someto, por la
organización, por el inestimable acompañamiento de mis padres en este viaje y
por los lugares por donde hemos corrido.
Sin duda, carrera que habrá
que repetir.
Ahora a descansar y a pensar en el próximo reto: el 5 de octubre La pretoriana
con 69 kilómetros
de pistas. A ver que tal!
Saludos.